¡Gloria a Dios !
Canta al amor de Dios, alma cristiana,
que sabes caminar mirando al cielo;
canta como la alondra en la mañana
cuando al beso del sol levanta el vuelo.
Canta el poder de Dios en la gran fiesta
de amor divino y paz indefinida.
La Navidad es himno de protesta
contra el materialismo de la vida.
Canta la libertad que Dios te ha dado
librándote del yugo del pecado
por Cristo el mensajero del perdón.
Canta por gratitud, si el Don divino
es el sol inmortal de tu camino,
y ha nacido en tu propio corazón.
- Claudio Gutiérrez Marín -
Hadme,ohSeñor,ser niño otra vez.
Hazme, oh Señor, ser niño otra vez
tan tierno, frágil y pequeño,
que nada poseo en mí,
y todo lo poseo en ti.
Oh Salvador, hazme pequeño una vez más,
que hacia abajo pueda crecer,
y restaura en mi corazón
la fe que antaño pude tener.
Que contigo sea crucificado -
no sea ya yo quien vive-
Oh Salvador, aplasta mi orgullo, mi pecado,
por la gracia que tu perdón concede.
Hazme, oh Señor, ser niño otra vez,
obediente a tu llamado,
que nada poseo en mí,
y todo lo poseo en ti. (G.H.)
Haz lo que quieras de mí, Señor;
Tú el alfarero, yo el barro soy;
dócil y humilde anhelo ser;
cúmplase siempre en mí tu querer.
Haz lo que quieras de mí, Señor;
mírame y prueba mi corazón;
lávame y quita toda maldad
para que pueda contigo estar.
Haz lo que quieras de mí, Señor;
cura mis llagas y mi dolor,
tuyo es, oh Cristo, todo poder.
Tu mano extiende y sanaré.
Haz lo que quieras de mí, Señor;
del Paracleto dame tu unción.
Dueño absoluto sé de mi ser,
y el mundo a Cristo pueda en mí ver.
(Himno evangélico)
Señor, has respondido a mi clamor
En la madrugada Señor, el frío quemaba mi corazón.
En mi cama derramaba lágrimas de dolor, y así clamaba
elevando mis ojos al cielo pidiéndote, humillada, perdón,
despertaba de una pesadilla, angustiada, Señor.
Tú conoces las pruebas que paso Señor, es la noche oscura del
alma como la llaman Señor, como cuando un cielo de bronce
bruñido se cierne sobre mí. Las pesadillas me dicen:
No hay solución; aparecen miles de pensamientos erróneos,
sin sentido, ni base escritural, así en mi debilidad, clamé a Tí
Tierno Señor, clamé, clamé, mi cuerpo dolorido, mi corazón
angustiado buscaba el tuyo mi amor, único lugar seguro para
Hallar amparo, protección, así como se aferra una fragante
madreselva bañada de rocío de la noche, a tu palabra me
(aferré.
Y a mi mente llegó una promesa que me iluminó,
me dio fuerzas, mi amor para no dudar de tu fidelidad, hablé
mucho contigo y en tu seno mis lágrimas derramé.
Luego pedí ayuda a un hermano fiel, comencé a sentir paz,
En medio del sufrimiento, Señor.
Señor ¡Eres tan fiel!, esperaba en este día una solución, y
En tu gran provisión solucionaste más de lo que pedí,
me guiaste, pusiste tus ángeles y aunque la prueba continua.
Tú pusiste tu paz. Quiero agradecerte, antes de que caigan las
sombras de la noche, diciéndote gracias Señor porque has
respondido a mi clamor.
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Acallar el alma
Acallar el alma,
es guardar silencio
ante la promesa
por Dios dada.
Es fortalecerse en el lugar secreto,
como una crisálida
que dentro del estrecho
capullo ¡Con tanto dolor trabaja!
hasta liberarse convertida
en una mariposa de alas blancas.
Alimentarse de la Palabra
hasta doblegar el alma,
Es rendirse.
Dormir como un pájaro muy cansado,
de cruzar desiertos, mares, praderas
hasta llegar a la roca donde se halla
la promesa tan esperada.
Está el dolor, la angustia, la soledad, la injusticia
humana, la lucha interior; frente esta injusticia
y la indiferencia y el rechazo. Es allí donde aferrarnos
a su Palabra; somos probados allí dentro del capullo
para afirmar nuestra fe.
Y así, de repente, saldremos una mañana de lluvia y
el dolor, la angustia que sufrimos como la crisálida
nos alineará con la voluntad de su Palabra Santa
y Bendita.
Esto es acallar el alma: es guardar silencio ante la promesa por Dios dada aunque nuestra carne nos pida hacer
justicia por nuestra propia mano. Esperemos la de Dios,
ésta es perfecta. Esto es acallar el alma.
Mirta R. Barolo (Argentina)