AQUEL DÍA
Cuando me llegue aquel día
que mi corazón se pare,
que mi alma de su cuerpo
por un tiempo se separe,
cuando el polvo vuelva al polvo
y mi alma como un soplo
vuele a tierras celestiales.
Cuando me llegue aquel día
que me vaya al cementerio,
que mi cuerpo depositen
entre el valle de los muertos.
Cuando no corra más sangre
y mis labios ya no canten
cada uno de estos versos.
Cuando me llegue aquel día,
quedará solo un recuerdo
de todo aquello que hice,
sea malo o sea bueno.
Me llorarán mis amigos,
se aliviará el enemigo,
habrá risas y lamentos.
Cuando me llegue aquel día,
quiero estar bien preparado
y poder decirte:
“La carrera he terminado”.
Gozaré con ver tu gloria
al recibir mi corona
de manos del Rey amado.
Cuando me llegue aquel día,
en el que pierda el aliento,
en que mi ser desfallezca
y huya mi alma del cuerpo,
me esperaré muy callado:
aquel momento anhelado
en que unas carne y huesos.
Cuando me llegue aquel día,
cuando llegue aquel momento,
mi ser gritará bien fuerte
para elevarte estos versos:
“Recibe mi alma en tu gloria,
alza mi cuerpo en victoria
cuando vengas en tu reino”.
Samuel Barceló
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QUIERO
Quiero la inocencia de un niño
Tener vida Contigo
Correr con Tu mano
Quiero ser como un niño
.
Cubrirme en Tu manto
Soñar en Tus brazos
Crecer a Tu lado
Quiero ser como un niño
.
Como la primera vez
Acercándome
Como un niño corriendo
Como un niño a Tus pies
.
Si lloro me alegras
Como un niño cuando cae
Me levantas y abrazas
.
Quiero ser como un niño
Que me enseñes a luchar
Batallas ganar
Contigo llorar de felicidad
.
Quiero ser como un niño
Alzando mis brazos
Tomando Tu mano
Como un niño siguiendo Tus pasos
.
Llorando en Tu hombro
Pidiendo Tu amor
Quiero ser como un niño
Como un niño a Tus pies
.
Autor: Julio César Navarro Olivares
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Amor en plenitud
Jesús, amigo tierno, grandes es
mi angustia, Tú lo sabes bien,
muchos mis dolores, mi temor también.
Quiero siempre tu presencia cálida poder disfrutar,
cuando a ti clamo con gran necesidad.
Por eso hoy te escribo esta oración,
por todas las tardes que me visitas
y me traes tu paz, esas manos tiernas
puedo yo sentir secando mis lágrimas y
con tu dulce voz decir la Palabra
y convertir en alabanza mi gemir.
Me enseñas a cantar en el dolor,
Y aunque muchas veces caigo en desesperación;
me ayudas a recuperar la paz,
A comprender que Tú guardas en paz
a todos los que en ti confían.
Hoy quiero agradecerte en esta oración,
Decirte ¡te amo tierno Jesús!, claro manantial,
luz matinal, amigo fiel, Amor en plenitud.
Mirta Berolo
(Argentina)